domingo, 4 de diciembre de 2011

ASÍ ES COMO UNO SE HACE GRANDE por JAVIER SALDAÑA



Las crisis y los retos son una oportunidad para cambiar algunas cosas y para iniciar las "reformas" necesarias y si es necesario, reinventarse.

Para ello es importante, tener un plan estratégico en el que se detallen las metas que queremos alcanzar y las etapas que debemos ir superando. La hoja de ruta que nos indique el cómo, cuándo y dónde queremos llegar.

El esfuerzo que se emplea en hacer estos cambios nos fortalece y nos ayuda a librarnos del equipaje inútil que se acumula durante las épocas de bonanza. Podríamos resumirlo como el "fuera la grasa y bienvenido el músculo".

Es importante tener un plan en la empresa, pero es también importante tener un plan personal, porque en sí misma cada persona debería ser un proyecto para llegar a alguna parte.

Pero no podemos ser exigentes en la definición de la estrategia de nuestro proyecto y por el contrario tener una idea bastante difusa de cuál es la meta.

¿Qué es lo que queremos hacer con nuestro proyecto?

Puede que nos perdamos por el camino formulando estrategias si no dedicamos un minuto a describir de forma clara y concisa qué es lo que queremos conseguir con nuestro esfuerzo diario.

¿Cuál es el verdadero espíritu que nos llevó a dedicarnos profesionalmente a lo que hacemos? ¿Nos perdemos por el camino? ¿Nos hemos parado a pensar dónde queremos llegar o simplemente acabamos metidos en una estampida en la que competidores, clientes o colaboradores nos arrastran hacia donde quieren?

Un compañero me dijo una vez: "Lo importante en la vida es saber dónde quieres llegar. Si no lo tienes claro, acabas vagando sin llegar a ninguna parte o acabas donde te han llevado otros, que normalmente es un lugar poco interesante para ti".

Conocer nuestro propósito en la vida, definir una misión y una visión personal nos facilitará el camino y además tendremos un criterio para tomar decisiones sobre aquellas cuestiones que se vayan presentando.

Para ello lo mejor es quitarse de encima el equipaje inútil, reflexionar un poco y pertrechado de papel y lápiz, empezar a plasmar en un documento lo que de verdad deseamos conseguir.

Tan sencillo como eso. Sin más.

Preguntarnos qué tipo de profesional y qué tipo de persona quiero ser. Dónde, cómo y cuando quiero llegar.

Esto se describe por infinidad de autores en infinidad de documentos, pero la verdad es que no es necesario complicarlo demasiado.

Así que ánimo, ponte en marcha con tus objetivos porque como dice el vídeo que acompaña este post así es como uno se hace grande...

2 comentarios:

  1. Javier...

    Totalmente de acuerdo.

    Paso una cita de Georges Clemenceau que abunda en la idea de que lo primero es saber hacia donde se va.

    Creo , demás, que la cita amplía el concepto con una economía de palabras exacta y aguda.

    "Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo"...

    Saludos a todos

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  2. Gracias de nuevo, Javier, por tus reflexiones.
    A mí el vídeo (y la película) me llevan a pensar en que más allá de tener claras nuestra misión y visión personal (importamtísimas como bien señalas), es el alinear nuestros valores personales con nuestras conductas lo que nos hace estar satisfechos con nosotros mismos y ser felices.
    Y es curioso la citas históricas que nos hacen ver lo mismo, tú citas a un compañero tuyo, Vicente a Clemenceau y a mí me ha venido a la mente Alicia preguntándole al gato qué camino tenía que tomar. El gato le respondió "¿a dónde quieres ir?"; "me da igual" respondió Alicia. "Entonces da igual el camino que tomes" asintió el gato.

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