Me parece genial. Como experiencia profesional me he encontrado que la diferencia entre las personas que trabajan y las que acaban de estudiar no es abismal, sino que ni es comparable. Es como lo de la velocidad y el tocino ( otra cosa ). Me parece estupendo, repito, que se pueda dar una acreditación profesional a gente que tenga unas determinadas competencias a la par que me parece lógico,de igual manera, quitarsela a personas que habiendo cursado una titulación oficial no puedan ni empezar a trabajar por no saber o no lo hagan en un cierto tiempo. De todas formas el mercado laboral ya lo hace. Me he pasado ¿no?.
Los resultados/conclusiones que se presentan me parecen muy interesantes y extrapolables. desde Aedipe, vamos a empezar a trabajar en un proyecto europeo que pretende precisamente identificar las competencias clave para integrarse mas rápidamente en el mercado de trabajo. Me gustaría difundir este estudio...
Me parece estupendo Tomás este relato, que al igual que María, pienso que se debe divulgar más. Las acreditaciones a la experiencia laboral no son conocidas por las personas que trabajan, por los trabajadores/as que tienen amplia experiencia, y que muchas de las veces "experiencia" que no está relacionada con lo que han estudiado, o en el caso de personas que abandonaron los extudios precozmente. Creo que es una puerta y el futuro para aquellos/as que no tienen un nivel de estudios reglado, lo cual no quiere decir que desempeñen su puesto de trabajo hasta mejor que una persona que tiene unos estudios elevados y reglamentados. En este sentido estoy con José, que además de acreditar la experiencia a aquellas personas que se la merecen, deberían desacreditarsela a aquellas que no se la merecen. Ahora mismo hay muchas facilidades para la formación: formación on-line, a distancia, masters etc y en muchas te piden una formación miníma para acceder a ellas (A la cual no pueden acceder aquellos que no tengan unos estudios minimos), y realizar estos cursos no significa que estés más cualificado para desempeñar un PT, pero si que ayuda. Para concluir, creo que es una buena iniciativa para comenzar a valorar las competencias, tanto personales como profesionales, de esas personas que no tienen una formación reglada, ya sea porque no terminaron sus estudios primarios, o porque les abandonaron. Además veo para las zonas rurales un beneficio ya que tan imprescindible es que se fije población,sobretodo a aquellas personas que trabajan en el servicio a personas dependientes, las mujeres. Ahora solo falta darlo a conocer y que los trabajadores/as se animen a la acreditación. Un saludo NURIA MARTÍN PÉREZ
Me parece genial. Como experiencia profesional me he encontrado que la diferencia entre las personas que trabajan y las que acaban de estudiar no es abismal, sino que ni es comparable. Es como lo de la velocidad y el tocino ( otra cosa ). Me parece estupendo, repito, que se pueda dar una acreditación profesional a gente que tenga unas determinadas competencias a la par que me parece lógico,de igual manera, quitarsela a personas que habiendo cursado una titulación oficial no puedan ni empezar a trabajar por no saber o no lo hagan en un cierto tiempo. De todas formas el mercado laboral ya lo hace. Me he pasado ¿no?.
ResponderEliminarLos resultados/conclusiones que se presentan me parecen muy interesantes y extrapolables.
ResponderEliminardesde Aedipe, vamos a empezar a trabajar en un proyecto europeo que pretende precisamente identificar las competencias clave para integrarse mas rápidamente en el mercado de trabajo.
Me gustaría difundir este estudio...
Me parece estupendo Tomás este relato, que al igual que María, pienso que se debe divulgar más.
ResponderEliminarLas acreditaciones a la experiencia laboral no son conocidas por las personas que trabajan, por los trabajadores/as que tienen amplia experiencia, y que muchas de las veces "experiencia" que no está relacionada con lo que han estudiado, o en el caso de personas que abandonaron los extudios precozmente.
Creo que es una puerta y el futuro para aquellos/as que no tienen un nivel de estudios reglado, lo cual no quiere decir que desempeñen su puesto de trabajo hasta mejor que una persona que tiene unos estudios elevados y reglamentados. En este sentido estoy con José, que además de acreditar la experiencia a aquellas personas que se la merecen, deberían desacreditarsela a aquellas que no se la merecen.
Ahora mismo hay muchas facilidades para la formación: formación on-line, a distancia, masters etc y en muchas te piden una formación miníma para acceder a ellas (A la cual no pueden acceder aquellos que no tengan unos estudios minimos), y realizar estos cursos no significa que estés más cualificado para desempeñar un PT, pero si que ayuda.
Para concluir, creo que es una buena iniciativa para comenzar a valorar las competencias, tanto personales como profesionales, de esas personas que no tienen una formación reglada, ya sea porque no terminaron sus estudios primarios, o porque les abandonaron. Además veo para las zonas rurales un beneficio ya que tan imprescindible es que se fije población,sobretodo a aquellas personas que trabajan en el servicio a personas dependientes, las mujeres.
Ahora solo falta darlo a conocer y que los trabajadores/as se animen a la acreditación.
Un saludo NURIA MARTÍN PÉREZ
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