Para aquellos que desconozcan lo que es la “Generación Ni-Ni”, es aquella formada por un colectivo joven (aunque siempre existen excepciones) que no quiere ni estudiar, ni trabajar y que cada vez va más en aumento. Son personas que no tienen ganas de hacer nada más que vivir la vida a costa de su entorno, mientras se lo permitan.
Un porcentaje mayoritario que también engloba el término es el de personas jóvenes que, por la abundancia en la que han nacido y en la que les han permitido vivir, no han tenido interés ni por estudiar ni por trabajar porque les han consentido todo. Por supuesto, la culpa del crecimiento de esta generación, la tiene la sociedad burbuja en la que hemos vivido hasta hace poco, además de círculos familiares que han permitido todo sin exigir ni educar respecto a que las cosas no funcionan así. No olvidemos que las personas jóvenes deben ver en sus casas unos valores que les guíen y orienten y que, en muchos casos, son inexistentes porque sus padres bastante tienen con trabajar y llevar dinero a casa.
Para esta generación llegará un momento en el que tendrán que buscar trabajo. Cuando se incorporen al mercado laboral, tal vez sea un nuevo reto dentro del campo de la gestión de personas, porque estas personas ¿tendrán la suficiente motivación para realizar bien su trabajo?, ¿valorarán su sueldo teniendo en cuenta el trabajo que realizan?, ¿o lo valorarán pensando en cuanto dinero necesitan para mantener el nivel de vida que han tenido hasta ahora?
Estamos viviendo una época en la que a los jóvenes sobradamente preparados les resulta muy difícil encontrar un trabajo acorde a sus conocimientos y habilidades, por lo que no alcanzo a imaginar como será esta búsqueda para la “Generación Ni-Ni”. Otra duda que me asalta es: en el momento que hayan conseguido ese empleo, ¿se sentirán plenamente satisfechos con su nueva situación?
Siempre recordaré mi primer trabajo, lo orgullosa que me sentía con mi nuevo estatus. Recuerdo que cuando salía de trabajar, iba caminando por la calle y tenía la sensación de que me movía metro y medio por encima del suelo. Ojalá que esa misma sensación la pueda experimentar la “Generación Ni-Ni”.
A las nuevas generaciones se les debe dedicar tiempo, acostumbrarles a conseguir las cosas con esfuerzo y no darles todo porque sí. Creo que otros muchos jóvenes preparados y trabajadores, que día a día intentan conseguir un trabajo en el complicado mercado laboral actual y que independientemente de las dificultades, siguen adelante, haciendo cosas productivas que les ayuden a encontrar o crearse oportunidades en el futuro. No olvidemos que la constancia y el esfuerzo, tarde o temprano, tienen su recompensa.
Un porcentaje mayoritario que también engloba el término es el de personas jóvenes que, por la abundancia en la que han nacido y en la que les han permitido vivir, no han tenido interés ni por estudiar ni por trabajar porque les han consentido todo. Por supuesto, la culpa del crecimiento de esta generación, la tiene la sociedad burbuja en la que hemos vivido hasta hace poco, además de círculos familiares que han permitido todo sin exigir ni educar respecto a que las cosas no funcionan así. No olvidemos que las personas jóvenes deben ver en sus casas unos valores que les guíen y orienten y que, en muchos casos, son inexistentes porque sus padres bastante tienen con trabajar y llevar dinero a casa.
Para esta generación llegará un momento en el que tendrán que buscar trabajo. Cuando se incorporen al mercado laboral, tal vez sea un nuevo reto dentro del campo de la gestión de personas, porque estas personas ¿tendrán la suficiente motivación para realizar bien su trabajo?, ¿valorarán su sueldo teniendo en cuenta el trabajo que realizan?, ¿o lo valorarán pensando en cuanto dinero necesitan para mantener el nivel de vida que han tenido hasta ahora?
Estamos viviendo una época en la que a los jóvenes sobradamente preparados les resulta muy difícil encontrar un trabajo acorde a sus conocimientos y habilidades, por lo que no alcanzo a imaginar como será esta búsqueda para la “Generación Ni-Ni”. Otra duda que me asalta es: en el momento que hayan conseguido ese empleo, ¿se sentirán plenamente satisfechos con su nueva situación?
Siempre recordaré mi primer trabajo, lo orgullosa que me sentía con mi nuevo estatus. Recuerdo que cuando salía de trabajar, iba caminando por la calle y tenía la sensación de que me movía metro y medio por encima del suelo. Ojalá que esa misma sensación la pueda experimentar la “Generación Ni-Ni”.
A las nuevas generaciones se les debe dedicar tiempo, acostumbrarles a conseguir las cosas con esfuerzo y no darles todo porque sí. Creo que otros muchos jóvenes preparados y trabajadores, que día a día intentan conseguir un trabajo en el complicado mercado laboral actual y que independientemente de las dificultades, siguen adelante, haciendo cosas productivas que les ayuden a encontrar o crearse oportunidades en el futuro. No olvidemos que la constancia y el esfuerzo, tarde o temprano, tienen su recompensa.
Estoy de acuerdo en todo lo que comentas Inés. Yo empecé a ver el programa de televisión que trataba de integrar en el mundo del trabajo y en la sociedad a un grupo de jóvenes que describes. Da la impresión que el cambio personal es muy difícil.No se sienten culpables. Son sus padres, la sociedad, y por tanto, tienen derecho a hacer lo que quieran. Esto me hace recordar uno de los guiones existenciales formulado en la teoría del Análisis Transaccional (y el más difícil de cambiar: Yo estoy bien-tú estás mal. A partir de esta toma de posición el cambio y la transformación personal se me antojan imposibles.
ResponderEliminarSoy bastante pesimista respecto de este grupo de jóvenes que han elegido esta posición existencial.
Hola Ines,
ResponderEliminarMi mujer pensaba de la Generación Ni-NI como tu. Yo sé que mis hijos no tuvieron las ventajas que tuve yo en mi infancia. Cuando uno viene de la pobreza más baja, no hay otra dirección a donde ir que no sea hacia arriba.
Yo creo que a lo largo de la historia hay una tendencia a pensar que la generación siguiente a la nuestra es peor y más "vaga".
ResponderEliminarA mí, mi padre, teniendo yo 18 años, me decía que él a mi edad (de por entonces) "le dolían ya los huevos de trabajar" (creo que además, por lo que comento con mis amigos, era una expresión muy extendida en nuestros padres).
Y mi abuelo siempre se "jacta" de haber trabajado desde que era niño y que mis padres y tíos no saben lo que es trabajar de verdad.
No sé, a lo mejor pensar que la nueva generación es más vaga que la nuestra simplemente es un síntoma de... que nos hacemos mayores, jeje.
Saludos.
Gracias Inés, me ha hecho pensar.
ResponderEliminarTranscribo un pequeño fragmento de un libro de Tomas A. Harris:
"Estaba en la esquina de la calle y un semáforo estaba en rojo. Mi Padre dijo: "No cruces", y mi Niño me aconsejó: "Pasa sin cuidado", y mientras estaba debatiendo lo que debía hacer,la luz se puso en verde"....... Los jóvenes se enfrentan a grandes y pequeñas decisiones. Y sin embargo, se ven obligados a esperar que las circunstancias decidan por ellos, puesto que no son libres para decidir por sí mismos. Su cerebro se está acercando a la perfección de su desarrollo. Su cuerpo está maduro. Pero legalmente y económicamente dependen de otras personas, y sus intentos de llevar a cabo acciones emancipadas chocan a menudo contra la evidencia de que no pueden realmente decidir nada, así que, ¿para qué tomar buenas decisiones? Llegan a la conclusión de que lo mejor que pueden hacer es cruzar a la deriva los años de la adolescencia y esperar la luz verde. En estas circunstancias su Adulto no se desarrolla. De pronto, cuando la ley les emancipa , se sienten a la deriva, no saben lo que quieren, y muchos de ellos pasan el tiempo esperando que ocurra algo, que surja de alguien, que, de un modo u otro, los “ponga en marcha”. Y sin embargo, a esa edad, ya han dejado atrás una cuarta parte de su existencia:”
Nota: I´m OK – you´re OK . Dr Thomas A. Harris. 1969 ( Hace 41 años )