Actualmente las relaciones empresariales y laborales muestran mayor complejidad. La jerarquía interna y su poder se ven debilitados al no atender las necesidades que se demandan desde los grupos de interés (stakeholders).
La retribución dineraria es importante, pero actualmente toma mucho protagonismo el buen clima laboral, donde el espacio en el cual se dedica gran parte de las horas del día a veces no cuenta con todo lo necesario para ayudarnos a crecer como personas y es lo que denominaremos como “retribución emocional”, cuyo objetivo son las necesidades personales y profesionales del trabajador, mejorando su calidad de vida y a la vez fomentando la conciliación laboral.
Entonces, ¿qué está ocurriendo?
Dentro de la jerarquización empresarial impuesta de serie, se está perdiendo el valor fundamental de la actividad de equipo para conseguir el éxito y ello se debe porque dicha jerarquización no se ve como una cadena de montaje imaginaria que debe estar bien engrasada y estructurada para el correcto funcionamiento. Sus grandes enemigos pueden deberse al ego de determinados puestos con poder, la falta de comunicación, clima laboral deficiente o falta de medidas que ayuden a fortalecer el equipo.
Todos los puestos, desde el primero hasta el último en la cadena de montaje tienen su responsabilidad e importancia y no por ello debemos salirnos del papel que se juega dentro de la empresa. Hay derechos pero también límites que no se deben sobrepasar por el bien de la empresa, por el bien del grupo…por el bien del equipo que formamos dentro de esa cadena.
El ego y las aspiraciones personales dentro de un equipo es el mayor enemigo y resaltarlo por encima de los demás o a sus espaldas puede perjudicar gravemente al mismo. Es ahí donde entra en juego el respeto a las normas generales de la ética y de los valores corporativos de la empresa y donde la transparencia de la comunicación debe ser detonante para garantizar el buen funcionamiento.
La comunicación es una palabra simple que se da por hecho y que está presente en el día a día pero, sin embargo, no se la muestra o trata con importancia dado que a veces se ve interrumpida por la falta de escucha. Debe ser clara, transparente, ninguna empresa debe ocultar o transmitir de forma distorsionada sus órdenes internas. No hay que promover mensajes engañosos, encubiertos o de doble sentido. La transparencia y sinceridad serán notas predominantes de confianza interna y externa para la empresa y para ello se debe tener reuniones periódicas que permitan la participación de todos los integrantes de la cadena de montaje para que puedan expresar sus inquietudes, ideas o quejas y en la que todos puedan ser partícipes de forma directa o indirecta.
Sólo si todos los integrantes de la cadena reman en un sólo sentido, se conseguirá la recolección de los éxitos que debemos verles como nuestros, del equipo, porque sólo la unión del grupo y el trabajo codo con codo, hace que el éxito esté asegurado creando de forma indirecta un clima laboral óptimo.
Por ello contribuyamos a nuestras respectivas cadenas de montaje porque todos los puestos son pilares fundamentales y a uno que falte no hará más que perjudicarlas y pararlas.
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