No cabe duda que una de las estrategias fundamentales dentro de una empresa es su definición clara de los valores corporativos que la distinguen, así como su cumplimento y cuidado para llevarlos a efecto con sus empleados.
El mundo empresarial cada vez es más competitivo y agresivo, y tienen la visión clara de su transformación tecnológica que hace que cada vez más puestos de trabajo antes ocupados por personas sean reemplazados por maquinas.
Por ello, es fundamental y primordial armonizar y saber compaginar a ambas partes, la tecnológica y a los empleados prestando total atención a lo verdaderamente importante que no es otra cosa que las personas sobre las que va a recaer el cumplimiento y la característica de los valores corporativos.
A pesar de dicha evolución tecnológica, la cual ha venido para quedarse y evolucionar aún más, no debemos verla como una amenaza sino como una oportunidad de compaginarla con los empleados. Las maquinas no darán problemas, se las programará con el fin de que funcionen concretamente, nunca estarán tristes, deprimidas o cansadas, no se llevarán mejor o peor con otras máquinas, siempre estarán cumpliendo con su deber pero detrás estarán los empleados quienes la supervisarán o controlarán y, por ello, debemos fortalecerles como equipo, un todo en uno en el que se sientan útiles y no caigan en la rutina diaria que puede desencadenar en una mala realización de sus funciones dentro de la empresa y lo que llevaría a perjudicarla.
Para fortalecer dicho equipo de trabajo debemos hacer ver a cada empleado que su función es importante, que a pesar de una jerarquía empresarial cada puesto requiere su especialización, comprensión y dedicación sin quitarle su importancia y, ante todo, que armonice con el resto de compañeros.
Ese fortalecimiento puede llevarse a cabo con la fomentación / gestión de valores para que al compartirlos los empleados se encuentren satisfechos y su involucración y la seriedad de sus funciones sean uno de los detonantes de marca de éxito de la empresa.
Pero, ¿y si surgen conflictos en el día a día laboral? Ello puede hacer que los empleados no desarrollen su función al 100% dentro de la empresa y lo que es peor, contagiar al resto de compañeros y acabar en despido. ¿Que “novedad” puede favorecer de forma rápida y eficaz esta situación? Una muy simple, que se sientan escuchados y, para ello, pueden usarse dos métodos:
- Mediante la implantación de la “mediación comunitaria” dentro de la empresa con profesionales que la fomenten.
La mediación se entiende como un método para la gestión a determinados problemas o conflictos, que incluye un tercero imparcial -la persona mediadora-, con la función de ayudar a que las partes puedan expresar su visión y pretensión, negociar y, ante todo, sentirse escuchadas para poder así alcanzar una resolución de los mismos satisfactoria para los intereses y necesidades de ambos, como puede darse entre empresa y empleado o entre empleados.
Ofrece muchas ventajas frente al litigio judicial, al tratarse de un procedimiento más simple, con menor grado de formalidad rigurosa y produciendo una mayor libertad de las partes, con cercanía y con menor coste económico. De esta forma se ganaría tiempo en la resolución de un problema o conflicto que lejos de enquistarse en el tiempo podría resolverse rápidamente con el fin de no influir en la marcha productiva de la empresa.
- En el caso de más empleados entraría en juego la otra “novedad” como es la creación de “círculos restaurativos” que faciliten mediante reuniones la participación de los mismos con la exposición en común de sus puntos de vista, ideas o incluso resolución a determinados problemas que pueden observar en el día a día de su trabajo. Con ello se fomentaría la unión y trabajo en grupo, el cambio de ideas y colaboración fomentando el espíritu de equipo dentro del cumplimiento de los valores corporativos.
Ambos métodos entiendo que tienen un único fin, fomentar la estabilidad y de forma indirecta la implantación de la felicidad. Son pinceladas pero pueden dar a desarrollar diversos métodos que ayuden al éxito de una empresa.
Me gustaría terminar con una frase que, a pesar de su sencillez, desprende una verdad clara y directa:
“EL TRABAJO MÁS EFECTIVO ES EL QUE SALE DE UNA PERSONA CONTENTA”
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