Hoy
en día vivimos en una época en la que los recursos humanos cobran una gran
importancia en todos los campos que nos rodean.
Uno en particular es el mundo del deporte, más en concreto los deportes
de equipo a nivel profesional, en el cual los diferentes clubes son
gestionados íntegramente como empresas.
Al
igual que en las empresas existe un proceso de selección basado en diferentes
pruebas que nos mostrarán el potencial de aquellos que las llevan a cabo y unos
resultados en base a los cuales se llevará a cabo la formación necesaria.
Algunos
clubes optan por dar una gran importancia a la formación, y ponen el máximo
esfuerzo en lo que se llama ``cantera´´, en la que forman y pulen a los que en
el futuro serán sus profesionales, desarrollando el talento de sus miembros
para que en un futuro les reporten beneficios. De esta forma intentan además
fidelizar a aquellos que han formado, consiguiendo que la mayoría de ellos
adquieran un sentimiento de pertenencia.
Otros
en cambio, a pesar de dar una cierta importancia a la formación, piensan que
los mejores candidatos están en el mercado y siguen la idea de traer talento de
fuera, personas ya formadas y con experiencia,
en algunos casos a un coste alto, pero sin dejar lugar a la
incertidumbre de si ese profesional tiene las cualidades necesarias o no. El
problema en este caso es que quizás estos sean los llamados mercenarios y en
cuanto tengan una oferta mejor nos abandonen.
Así
pues, cuando en una empresa hay una vacante, bien sea por necesidad de
incorporar a más personal o para sustituir a alguien que no se adecuaba a su
puesto, surge la duda sobre si salir al mercado o ver si tenemos dentro de
nuestra empresa a alguien que puede cubrir ese puesto. En el mundo del deporte
la situación es la misma, si un jugador se va de nuestro equipo, cubriremos su
puesto subiendo a alguien de la cantera, o en su defecto, ficharemos a alguien
de fuera.
Posiblemente
el mejor plan sea una combinación de estos dos puntos de vista, juntando así
la experiencia de unos y las ganas y motivación de otros.
Desde
mi punto de vista, debemos valorar más lo que tenemos en casa, pero sin dejar
de lado las oportunidades que puedan aparecer en el mercado. Al final, las
empresas decidirán en base a sus necesidades. ¿Cantera o cartera?
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