Con los problemas de hoy se están
apagando las grandes declaraciones sobre la importancia de las PERSONAS en las
organizaciones. Hoy más bien parecen un obstáculo para la supervivencia de las
empresas, y por tanto, un mal menor que los empresarios y directivos tienen que
soportar. Bendita e insuficiente reforma laboral actual – todavía se piensa - .
En esta situación la función del
responsable de la gestión de las personas se encuentra en una difícil
encrucijada: Desarrollar PERSONAS que den resultados o echar personas para
obtener resultados. Esta es la gran paradoja a la que el responsable de la
gestión de las personas en las organizaciones tiene que dar respuesta. O quizá
peor: Eliminar la función o degradarla al máximo posible porque hoy, dadas las
circunstancias, no tiene sentido empresarial.
Se oye con frecuencia que el
empresario no quiere despedir. Pero ¿confía este empresario en la capacidad de
ayudar por parte de las PERSONAS y EQUIPOS o confía más y mejor en las
máquinas?
Las PERSONAS sienten, piensan y
crean. Pueden decidir y se pueden equivocar. Esto genera incertidumbre y la
dirección de estos procesos humanos no es fácil. Las máquinas se compran, se
usan y se tiran cuando no sirven o están amortizadas. Y no protestan. Son las
únicas que no están sindicalizadas.
Estos dos enfoques, empresa
centrada en las PERSONAS y empresa centrada en la tecnología y costes, se plantean
en términos de dilema. Sin embargo, es más bien una paradoja, paradoja que
conlleva una nueva y distinta relación patrono/trabajador, que tardará en
instalarse en nuestra cultura empresarial. Como paradoja que es no se puede
eliminar, aunque sí gestionar. Cuanto antes se integre y se aprenda todos
ganaremos.
Hoy, por desgracia, pocos
empresarios contratan. Hace poco en la visita a una empresa que hizo el máster tuvimos la suerte de ver
uno de ellos (Entrepinares). A nosotros
nos ha costado mucho encontrar prácticas a nuestros alumnos (gratuitas). Desde
aquí damos gracias sinceras a aquellos que a contracorriente nos han aceptado a
nuestros alumnos. Si estos son mayores
de 50 años nadie les quiere, aunque tengan titulación superior, experiencia y
capacidad para resolver problemas. Tenemos también serios problemas de
prejuicios y estereotipos que superar a fin de dar a las personas la
consideración que se merecen, incluso en pro de una mayor eficiencia y eficacia
organizativas.
Decíamos que hoy pocos empresarios
contratan. Quizá te contraten si te autoempleas. Todo tiende a ser autoempleo.
Cada uno va a ser responsable de sí mismo. Hace muchos años, observaba que en los filmes comerciales y didácticos de Estados
Unidos, uno de los problemas que tenían los empresarios y directivos era la
“fidelización” de los trabajadores. Una vez contratados y formados era
necesario conseguir su integración en la empresa. Si la empresa no era
atrayente y el estilo de mando inadecuado el trabajador terminaba por
marcharse, lo cual incidía gravemente en la productividad y calidad del
trabajo.
Este ejemplo, evidentemente no es
el nuestro en estos momentos. En el pasado no lejano ha ocurrido con algunos
oficios señalados. Con 6 millones de
parados todo el mundo empresarial piensa que cualquier trabajador en cualquier
momento, a cualquier precio y por el tiempo que convenga va a estar dispuesto a
contratarse. Mejor si se autoemplea.
Vamos a tener unos años de duro
aprendizaje (empresarios y trabajadores). Frente a la reforma laboral LAS
PERSONAS van a aprender a ser más autónomas e independientes. A movilizarse y
marcharse donde les interese en función de su valía e interés personal y
profesional. Este fenómeno aún no se percibe como normal, pero está ya en marcha.
Frente a esta realidad ¿Cuál es
el papel a desempeñar por los responsables de la función de Personal? Yo sigo
pensando que los roles básicos definidos por D. Ulrich (Recursos Humanos. Cómo
pueden los Recursos Humanos cobrar valor y producir resultados. Edit. Granica) siguen
siendo válidos (socio estratégico de la
dirección, líder del personal, experto en procesos y agente de cambio).
Estos roles llevan aparejada una carga ética en el ejercicio de los mismos que
compromete a la persona y al profesional. En nuestro máster estos roles
fundamentan el proceso educativo de las PERSONAS a lo largo del curso.
Significan un compromiso para los responsables sobre las personas de la
organización y un deber educativo hacia el propietario o responsable de la
empresa.
Invito a todas las personas que
apuesten por la importancia de las personas en las organizaciones que expliciten,
se involucren y empeñen en resaltar y demostrar la necesidad de estos enfoques
para el beneficio de nuestra sociedad. Ya que los valores que se preconicen en
las empresas serán los valores que se integren en la sociedad.
Por fortuna, o desfortuna, vienen tiempos de cambios. Y éstos nos afectarán a todos, queramos o no. Tenemos que prepararnos a fondo. Porque sólo si aceptamos el cambio, y nos aliamos con él, lo superaremos.
ResponderEliminarComo nota esperanzadora: todavía hay muchos empresarios que creen en las personas de su organización, y que saben que ellas son su verdadera ventaja competitiva.
Un abrazo
Arancha
a
ResponderEliminar