En ocasiones pienso en la cantidad de empresas que desarrollan su actividad sin tener marcado un rumbo claro, sin saber ni tan siquiera qué quieren para sí, para sus trabajadores, para la sociedad (la gran olvidada por la mayoría de las organizaciones) y sólo piensan en subsistir (como si fuera poco...).
Yendo más allá, si no saben hacia dónde dirigirse, tampoco se plantean cómo acercarse a ese objetivo, qué acciones concretas deben realizar para desarrollar esa no-estrategia. Pensarán en tomar decisiones (que en algunos casos ya es mucho pedir) pero sin un por qué ni un para qué claros. Y desde luego, ni que decir tiene que la idea de sopesar los impactos que tendrán dichas acciones y decisiones sobre ellas no se pasa por la mente de muchos de sus gerentes.
Y me pregunto yo: ¿hasta qué punto logramos éxitos en las empresas de forma consciente o más bien gracias a factores que no tenemos en cuenta?
Me vienen a la cabeza varios ejemplos de serendipia (descubrimientos por accidente) y me imagino a Arquímedes en su bañera inquietado ante por qué se desbordaba el agua cuando él se metía y desarrollando su archiconocido Principio fruto de una casualidad y de una mente preclara a partes iguales. O a Newton quien, gracias a la manzana, tiene la idea inicial para desarrollar la primera Ley de la Gravitación Universal. O a Pasteur a quien le sucedió algo parecido descubriendo cristales con una forma única gracias a que el alfeizar de la ventana estaba por debajo de 26ºC. Pero ya lo dijo él: "el azar favorece sólo a la mente preparada".
En mi opinión hay cuatro factores que están en manos del personal las organizaciones (con lo que excluyo al azar) que contribuyen de un modo sustancial a la obtención de buenos resultados: la formación, la información, la planificación y un buen método. Cuando se cuidan estos aspectos las probabilidades de éxito y de réplica se multiplican, aumentan la eficacia y la eficiencia dentro de la empresa y se convierten los “Eureka” (lo encontré –por casualidad–) en “lo conseguí” (de un modo consciente y premeditado).
Sin embargo, en multitud de ocasiones el esfuerzo que ha llevado al éxito queda en el olvido pues ni se explicita ni se da a conocer a terceros. Por eso, existen diversas entidades y foros que nos permiten estar al día acerca de las Buenas Prácticas que se vienen realizando en las organizaciones de nuestro entorno y que enriquecen nuestro know-how.
Por ello y ya para terminar, si os interesa conocer lo que se hace en otras empresas o si lo que queréis es dar a conocer lo que habéis hecho bien y de lo que os sentís orgullosos, existen canales abiertos para ello (os dejo los links) como serían el Foro Ulises de RRHH (igual os suena de algo…) con años de recorrido o, aún en su etapa embrionaria, el que ofrece la Fundación para la Excelencia Empresarial de Castilla y León.
Y recordemos: obtener buenos resultados no siempre es hacer las cosas BIEN (aunque sea suficiente).
Estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarLo primordial para una empresa es marcarse un rumbo y unos objetivos, y a partir de ahí establecer el plan de trabajo y por último analizar los resultados.
Tener una planificación y organización clara y eficiente, ayudará totalmente a conseguir el objetivo del éxito consciente.
Yo también estoy de acuerdo.
ResponderEliminarDe hecho, el leer tus líneas me hace reflexionar sobre que hay muchas más empresas de las que nos imaginamos sin tener un objetivo claro,plan de estrategia, políticas planteadas...
Eso me impacta porque siendo empresario, responsable... es algo fundamental de plantearse, planificarlo y ponerlo en acción, pues esto es un tema actual pero debatido y plasmado en libros desde hace varios años.
Falta toma de consciencia de la planificación del a qué se quiere llegar, cómo llegar a eso, con qué podemos llegar a eso de entre otras cosas, pues estas decisiones son las que pueden permitir el éxito de las organizaciones y favorecer a su entorno.
Un saludo.