Hace años, no sé si como una moda, si como una consecuencia de la cultura del momento o si por el foco de los medios de información, se hablaba de muchos casos de Acoso Sexual en el trabajo. Seguro que todos lo recordamos.
Sin embargo, últimamente, es un tema del que apenas se escucha nada (al menos yo hace tiempo que no leo o escucho nada al respecto). Seremos afortunados si la razón de ello es que apenas se produzcan ya hechos de este tipo y, en cambio, una “mierda” de sociedad si la razón de que ya nada sepamos es porque, sencillamente, se silencian.
Yo hoy quiero hacer una serie de preguntas –pero no a las personas que somos, sino al Director de Recursos Humanos, al profesional que cada uno lleva dentro en su día a día- sobre el tema.
Antes de ello os contaré una historia real:
Recuerdo que hace años, una amiga me comentaba, como si nada, un asunto de acoso sexual sufrido en primera persona.
Ella trabajaba en un hotel y tras la cena de empresa navideña, las personas que a la mañana siguiente trabajaban se alojaron en las habitaciones que el propio hotel había dispuesto para ellos.
En una de esas habitaciones, donde se alojaban mi amiga y una compañera, se encontraban con ellas otras dos compañeras, charlando antes de acostarse, cuando alguien llamó a la puerta. Era el subdirector del Hotel. Visiblemente bebido (o aparentando estarlo), entró en la habitación, se quitó la ropa y, en calzoncillos, se metió dentro de una de las camas animando a las chicas a que se acostaran con él y que le ayudaran a “relajarse” para quedarse dormido. Ellas se negaron, a lo cual el tipejo reaccionó levantándose, quitándose el calzoncillo y diciéndoles que entonces tendrían, entre las cuatro, que darle una ducha para “despejarle”.
A esas alturas de la historia yo estaba alucinando, pero más aluciné cuando me dijo que –según ella- por miedo, accedieron a bañarle. Por lo visto el individuo, tras la ducha a 8 manos, se marchó de la habitación como si nada.
Si bien toda esa historia me revolvió las tripas y la conciencia, sus efectos en mí fueron nimios comparados a los que me produzco el desenlace de la historia.
Las chicas, juntas, fueron al día siguiente a hablar con el Director del Hotel y denunciar los hechos. Éste, lo primero que les dijo es que, de haber sido como ellas contaban (vamos, dudando de ellas), eran “cosas que pasan” tras una celebración navideña y que no había que darle mayor importancia, pero que aún así hablaría con su subdirector para preguntarle por lo sucedido.
Por lo visto, el figura, en su defensa, dijo que no recordaba nada de aquella noche pues estaba bastante borracho.
Y ahí quedo, dentro de la empresa, el asunto. De hecho el “subdire” en cuestión las saludaba los días siguientes como si tal cosa.
No conozco el desenlace final de la historia. Si alguna lo denunció a la policía (supongo que no, pues ella me contó lo sucedido pasado ya un mes y nadie lo había hecho), si alguna dejó el empleo o si el fulano pasó a mejor vida laboral. Pero no sé porqué me da que todo siguió como si nada.
Y yo, a día de hoy, me hago una serie de preguntas en voz alta a ver si alguno de vosotros o vosotras me ayudáis a responderlas, pues de alguna de ellas desconozco la respuesta:
Si, como directores de Recursos Humanos, una persona os denunciara haber sufrido acoso sexual en el trabajo ¿Qué haríais? ¿Investigarlo? ¿Denunciarlo directamente? ¿Hablar con el acusado? ¿Buscar una solución amistosa? ¿intentar que no viera la luz pública? ¿Cambiaría vuestra forma de proceder que el presunto acosador fuera un mando intermedio o un alto directivo?
Si quisierais ir “hacia delante” con el tema y “desde arriba” os quisieran frenar y, por ejemplo, “arreglarlo” con dinero, ¿Aceptaríais? ¿Dimitiríais? ¿Tenéis clausulas en vuestros contratos al respecto?
Sé que no es un tema fácil de responder, pero a ver si varios de vosotros (o al menos alguno) os animáis a ello.
Sin embargo, últimamente, es un tema del que apenas se escucha nada (al menos yo hace tiempo que no leo o escucho nada al respecto). Seremos afortunados si la razón de ello es que apenas se produzcan ya hechos de este tipo y, en cambio, una “mierda” de sociedad si la razón de que ya nada sepamos es porque, sencillamente, se silencian.
Yo hoy quiero hacer una serie de preguntas –pero no a las personas que somos, sino al Director de Recursos Humanos, al profesional que cada uno lleva dentro en su día a día- sobre el tema.
Antes de ello os contaré una historia real:
Recuerdo que hace años, una amiga me comentaba, como si nada, un asunto de acoso sexual sufrido en primera persona.
Ella trabajaba en un hotel y tras la cena de empresa navideña, las personas que a la mañana siguiente trabajaban se alojaron en las habitaciones que el propio hotel había dispuesto para ellos.
En una de esas habitaciones, donde se alojaban mi amiga y una compañera, se encontraban con ellas otras dos compañeras, charlando antes de acostarse, cuando alguien llamó a la puerta. Era el subdirector del Hotel. Visiblemente bebido (o aparentando estarlo), entró en la habitación, se quitó la ropa y, en calzoncillos, se metió dentro de una de las camas animando a las chicas a que se acostaran con él y que le ayudaran a “relajarse” para quedarse dormido. Ellas se negaron, a lo cual el tipejo reaccionó levantándose, quitándose el calzoncillo y diciéndoles que entonces tendrían, entre las cuatro, que darle una ducha para “despejarle”.
A esas alturas de la historia yo estaba alucinando, pero más aluciné cuando me dijo que –según ella- por miedo, accedieron a bañarle. Por lo visto el individuo, tras la ducha a 8 manos, se marchó de la habitación como si nada.
Si bien toda esa historia me revolvió las tripas y la conciencia, sus efectos en mí fueron nimios comparados a los que me produzco el desenlace de la historia.
Las chicas, juntas, fueron al día siguiente a hablar con el Director del Hotel y denunciar los hechos. Éste, lo primero que les dijo es que, de haber sido como ellas contaban (vamos, dudando de ellas), eran “cosas que pasan” tras una celebración navideña y que no había que darle mayor importancia, pero que aún así hablaría con su subdirector para preguntarle por lo sucedido.
Por lo visto, el figura, en su defensa, dijo que no recordaba nada de aquella noche pues estaba bastante borracho.
Y ahí quedo, dentro de la empresa, el asunto. De hecho el “subdire” en cuestión las saludaba los días siguientes como si tal cosa.
No conozco el desenlace final de la historia. Si alguna lo denunció a la policía (supongo que no, pues ella me contó lo sucedido pasado ya un mes y nadie lo había hecho), si alguna dejó el empleo o si el fulano pasó a mejor vida laboral. Pero no sé porqué me da que todo siguió como si nada.
Y yo, a día de hoy, me hago una serie de preguntas en voz alta a ver si alguno de vosotros o vosotras me ayudáis a responderlas, pues de alguna de ellas desconozco la respuesta:
Si, como directores de Recursos Humanos, una persona os denunciara haber sufrido acoso sexual en el trabajo ¿Qué haríais? ¿Investigarlo? ¿Denunciarlo directamente? ¿Hablar con el acusado? ¿Buscar una solución amistosa? ¿intentar que no viera la luz pública? ¿Cambiaría vuestra forma de proceder que el presunto acosador fuera un mando intermedio o un alto directivo?
Si quisierais ir “hacia delante” con el tema y “desde arriba” os quisieran frenar y, por ejemplo, “arreglarlo” con dinero, ¿Aceptaríais? ¿Dimitiríais? ¿Tenéis clausulas en vuestros contratos al respecto?
Sé que no es un tema fácil de responder, pero a ver si varios de vosotros (o al menos alguno) os animáis a ello.
Descartadas las cenas de navidad, o cualquier tipo de celebración, en la que no exista un ritual establecido para crear cultura de empresa. Desde esta posición pienso que se está trabajando, por lo que beber en exceso también está prohibido, vale un poquito de distensión pero eso, un poquito. Otro tipo de celebración con borracheras y desmadres que sea algo particular entre amigos. La empresa es la empresa y lo que se haga fuera no la incumbe o al menos no se debe favorecer desde la organización comportamientos problemáticos.
ResponderEliminar¿Cuántos rollos e infidelidades suceden en esas cenas?. La dirección no puede favorecer que sucedan cosas de esas en su organización.
Si alguien no puede parar ese tipo de instintos en el trabajo, no es que no se merezca el trabajo es que debería trabajar en una ganadería.
Con cabras por ejemplo.
ResponderEliminarComplicado tema y aún más difíciles tus preguntas Félix.
ResponderEliminarMi opinión es que nuestro lado es el de la empresa y que si se nos diera un caso como el que preguntas deberíamos de movernos con mucho sigilo y el máximo de las discrecciones para evitar que un mal acto de una persona de la empresa, por muy directivo que fuese, pudiera emborronar el prestigio y nombre de la propia empresa. Espero que nunca que se me una situación como la que planteas.
Muy interesante la aportación de José incluyendo en el territorio laboral una conmemoración en principio ociosa y lúdica como es una cena de Navidad.
Me gusta mucho el blog, el cual sigo mucho aunque escriba poco.
Saludos.
Hola Felix, después de ver Buried, me da la sensación de que este post es para acabar de enterrarnos a los de RRHH ;-)(Vamos, que yo, lo que hace el de RRHH en la película lo entiendo como algo llevado al absurdo, no creíble, como el caso del método Gronholm, que sigue representandose...).
ResponderEliminarFlaco favor nos hacen estos ejemplos, o estás películas. Yo creo en que es complicado, y que hay que actuar con cuidado, son acusaciones tan serias, como muchas veces difíciles de demostrar. Pero si 4 trabajadoras me dijeran que ha pasado algo así, y la única contestación del subdirector es que no se acordaba de ello, además de pedir el compromiso de mantener discrección (pedirlo), yo sancionaría seguro (habría que ver cuanto), ya que no es razón suficiente.
Buscar el bien de la empresa significa cuidar del respeto entre sus miembros. Tapar un incidente de esa índole hace a la empresa cómplice, y corresponsable de los hechos. Si no actuamos, ponemos el riesgo del futuro de la misma y del total de los trabajadores.
Por otro lado, igual que esa situación es clarísima para mi, no suele ser así. Las situaciones de acoso suelen ser equivocas, la mayor parte de las veces la persona acosadora lo hace cuando no hay nadie más cerca, y es su palabra contra la de la persona acosada. Y en esos casos si que hay que actuar con total cautela. Decía Wilde, "calumniad con audacia: siempre quedará algo", la violencia actual, no ayuda a discernir bien, y puedes destruir a una persona. Por otro lado, una situación de una palabra contra otra, sin indicios claros, obliga a la oganización a tomar decisiones lo más salomónicas posibles, además de indagar en el entorno del mando en cuestión si ha habido algún antecedente. Además de exigir a los mandos un comportamiento exquisito, la empresa sólo tiene un camino. Parar cualquier indicio, y avisar a la persona acosadora lo que se juega.
Con este argumentario, y teniendo la completa seguridad de que ha pasado, lo defendería ante mis superiores. Si el trabajador es muy valioso, que cumpla con su responsabilidad ante la justicia, y luego nos planteamos si puede trabajar de forma autónoma e independiente o hay que despedirlo.
Si fuera el dueño de la compañía, y yo estuviera seguro, y no se pudiera hacer nada, dimitiría.
Un saludo
Buenas Félix,
ResponderEliminarrevisando el foro de Ulises he visto este post tuyo que creo que es muy interesante y como no muy a tu estilo: provocador ;-)
La verdad es que es un tema muy serio y sensible. Y ya que ha pasado 3 años sería interesante investigar y conocer que pasó y si esa persona, el "subdire" sigue en la empresa.
Aprovecho para decir que todos los usuarios que han escrito al respecto tienen razón en sus comentarios y posturas. Yo intentaré mojarme desde mi posición de desconocimiento.
Supongamos (que no lo pongo en duda) que lo que ocurrió es tal y como nos lo has explicado. Como responsable de RRHH (si lo fuera) no entendería otra postura que la de investigar y mirar de aclarar el asunto. Por supuesto desde la discreción y el sigilo pues un tema tan delicado puede marcar la vida de mucha gente y del local.
Si por X motivos yo, como responsable de RRHH, tuviera claro que ese subdirector ha actuado de esa forma y encima intentando "escaquearse" del asunto como si nada hubiera pasado, pues iría directo al Director del hotel y exigiría la destitución de esa persona y a la calle. No solo por mi compromiso con la empresa y las víctimas de tal espanto (que posiblemente sea el objetivo principal de la resolución del tema) sino por cuestiones morales, conmigo mismo y con el mundo.
Si esa persona ha cometido una aberración de ese tipo y no se le castiga, ¿qué más puede hacer en una próxima ocasión? En este caso el directivo debe ser firme y fiel a sus principios y al de la empresa, y dudo mucho que la empresa tenga por leitmotiv o visión, que los directivos salgan impunes de cualquier tontería mientras el hotel vaya bien! Lo dudo!
Te animo Félix a que nos expliques si lo sabes, cómo acabó esta historia. Y te animaría a más pero mejor no te lo pido.
Por otro lado, diferente podría ser la decisión si hablando con el acusado, éste nos confiesa y reconoce que cometió ese fallo y que se siente totalmente avergonzado. Si percibimos que realmente esta persona se arrepiente y que accede a hacer lo que sea para recuperar su "honor" perdido: pedir perdón, asumir consecuencias X, etc...
Supongo que equivocarse es de humanos y que perdonar y dar una segunda oportunidad en este caso puede ser un don. Pero y si esta persona realmente no sabía lo que hacía, ni recuerda realmente lo que pasó, y estamos condenando a una persona que cometió un fallo enorme, grandioso, para toda la vida, pero que en el fondo nunca quiso actuar de esa forma (aunque su subconsciente le fallara). ¿Qué harías tu Félix, y el resto de usuarios?
Difícil decisión.
No defiendo ni exculpo a esta persona pero quiero proponer esta suposición, porque a cualquier "inocente" se le puede culpar por algo de lo que no ha sido responsable (no es exactamente este caso pero lo enfoco desde esa perspectiva).
En esta vida es todo tan volátil y subjetivo que a veces los prejuicios nos inclinan hacia una postura y solo lo vemos desde ese ángulo.
Repito, en este caso parece bastante claro lo que pasó. O damos por hecho que sucedió tal y como has explicado,Félix, sin poner en duda lo que tu amiga y conocida te explicó. Damos por hecho que no hay otra versión posible. Pero y si la hubiera....
¿Qué haríamos en ese supuesto?
Ahí queda.
Un saludo y felicidades por todos los posts que se cuelgan.