Para comenzar a hablar de una transición, desde mi punto de vista sería necesario iniciar el proceso de “offboarding” por parte de la que se entiende la primera parte actuante de las tres que influyen en este proceso.
Una comunicación sana, siempre es el pilar fundamental de las relaciones humanas, por lo que ser lo más directo posible y más aún cuando “el río suena” ya da bastante a su favor a quien comienza a dar los pasos y de la misma manera a las otras partes que continuarán el camino.
Podríamos pensar en miles de casos en los que, una empresa de ámbito local y con una trayectoria puramente familiar, da señales de llegar a su fin o al menos no saber cuál será su continuidad.
En los últimos años hemos visto también, como pequeñas empresas que producen en distintos sectores e incluso, esos mismos sectores casi al completo, han sido adquiridos por gigantescos grupos de inversión que, como parte de su estrategia, consiguen fusionar todos los recursos que forman parte de sus procesos.
Cuando suceden este tipo de cambios, es importante tener bien claros los pasos, para crear la mínima incertidumbre sobre todo en la parte que se sitúa en el medio de las tres, los humanos que transitan entre uno de los mundos y el próximo.
Por lo tanto hablemos:
- de tres partes o actores: empresa adquirida, lo que transita y compradores o adquirientes.
- de tres procesos: digna comunicación previa al cambio “offboarding”, transición (transition), digna bienvenida (onboarding).
Las tres partes encajan en los tres procesos, respectivamente, e incluso en determinadas fases de estas transiciones se pueda aplicar en otra de las partes si cabe.
Como cualquier cambio que se produce en la vida de una persona, siempre surgen (al menos) tres emociones: miedo, dudas e ilusión.
Por eso es importante una buena comunicación (o comunicación sana como decía al principio) desde que se inicia este proceso para que sea un éxito generalizado para todas las partes, siempre y cuando sea lo que se busque, claro está.
Pongámonos que el caso es, que buscamos el éxito las tres partes:
Para eliminar el miedo, lo conseguiríamos teniendo el conocimiento sobre lo que no sabemos.
Para eliminar las dudas, tendríamos que saber a quién preguntárselas y que nos las respondiera. Y para no perder la ilusión, necesitamos estar motivados.
De tres emociones, hemos sacado tres actitudes y aptitudes o capacidades, que utilizándolas cualquiera de las tres partes o actores en cualquiera de las tres fases, nos garantizarán una exitosa transición.
Antes hablaba de entre un mundo y otro, pues para hablar sobre el “onboarding”, nos situamos ya en el nuevo (o próximo dije anteriormente). Cuando un mundo se acaba, suele dar señales a sus habitantes de que el fin está próximo, comunicárselo. Al llegar a un nuevo mundo, los habitantes que vienen de otro, tienen que tener la capacidad de adaptarse. El nuevo mundo, tiene que comprender que esos habitantes provienen de otro y que también traen las cosas que tenían en su mundo anterior.
Para finalizar, es condición del ser humano como de la mayoría de las especies, el adaptarse a los cambios y a las circunstancias.
Como reflexión os dejo la pregunta sobre si pensáis que es más beneficioso pertenecer a una empresa de las de toda la vida (ámbito local/familiar), o si dar un gran salto a un mundo empresarial inmenso nos garantizará la cercanía que habíamos tenido en el pasado o al menos el bienestar que nos proporcionaba tener una mayor seguridad porque lo sentíamos más cercano.
Los cambios siempre crean incertidumbre, pero para que todo se convierta en certero, siempre hay que controlar los pasos para asegurar las mejores emociones, una de las más importante y que siempre tiene que existir: ilusión.
Y tú, ¿qué opinas?
David Gutierrez Fernandez
Alumno del Máster en Dirección y Gestión de RRHH 2022-2023
Escuela de Negocios de la Cámara de Valladolid
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