Comienzo mi reflexión con la definición de un concepto a priori simple: SENTIDO COMÚN.
“Conocimientos y creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable”.
“Conocimientos y creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable”.
Prudente, lógico, válido, capacidad natural, forma razonable… me parecen términos, incluso así, leídos independientes sin asociar a un concepto, cuanto menos valiosos.
Pero llevado a los Recursos Humanos que son lo nuestro, dando por irrefutable la afirmación de que el intangible es el capital más valioso de una empresa, y dentro de éste las personas.
Y entonces esas palabras se convierten en reglas de oro sobre todo en algunas realidades; me quedo con una que me inquieta especialmente: la diversidad
Realidad a la que hoy se enfrentan muchas empresas, con plantillas heterogéneas en lo relativo a la edad, sexo, creencias… ¿Cómo alinear sus experiencias, valores?
Opción “simple” en lo relativo a la edad: captar el talento de los jóvenes y tomar como valor añadido la experiencia de los más veteranos. En otros aspectos, lograr la interacción del colectivo, compartir experiencias y realidades distintas ¿no puede considerarse como una fortaleza y como una ventaja competitiva para alcanzar los objetivos del negocio?
¿Cómo lograr esa armonía? Complicado, sin duda. Pero ahí llega el sentido común….
Realidad a la que hoy se enfrentan muchas empresas, con plantillas heterogéneas en lo relativo a la edad, sexo, creencias… ¿Cómo alinear sus experiencias, valores?
Opción “simple” en lo relativo a la edad: captar el talento de los jóvenes y tomar como valor añadido la experiencia de los más veteranos. En otros aspectos, lograr la interacción del colectivo, compartir experiencias y realidades distintas ¿no puede considerarse como una fortaleza y como una ventaja competitiva para alcanzar los objetivos del negocio?
¿Cómo lograr esa armonía? Complicado, sin duda. Pero ahí llega el sentido común….
Prudencia para escuchar sus necesidades, para captar sus expectativas, para gestionar el talento pensando en utilizar las capacidades y aptitudes de cada uno.
Lógica para adaptar al medio y a la realidad de la compañía la situación de cada uno de ellos sin sesgar, sin dividir, sin crear brechas.
Para plantear retos que se dirijan a cambiar la forma de trabajar con el objetivo de motivar a los integrantes de un equipo.
Razón y equilibrio para tomar decisiones que permitan aunar identidades de generaciones distintas: experiencia con innovación, conciencia de valores con inmediatez. Para crear nuevos modelos de gestión interna que permitan incrementar las ventajas competitivas en todos los ámbitos organizativos.
En general, podemos hablar de mentorización inversa, de programas de conocimiento transformado, intraemprendimiento… como queráis, pero lo que creo evidente es que en un responsable de Recursos Humanos debe primar el sentido común. Debiera ser competencia indiscutible. Un responsable de Recursos Humanos comprometido con la compañía y con sentido común es garantía de visión responsable, de intención de mejora, de búsqueda de equidad, de liderazgo implícito, de implicación, de eficiencia, de comunicación…. Porque el sentido común pasa a ser un plus añadido que convierte al directivo en persona, que se traduce en valores de prudencia y lógica.
Yo, sin dudarlo, querría en mi compañía personas con sentido común, porque para mí es un valor en alza, sin duda alguna.
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