viernes, 18 de noviembre de 2016

La importancia de una buena comunicación, por Elena Rodríguez

Como ya apuntó Aristóteles, el ser humano es un ser social por naturaleza. Este hecho lleva implícito que el hombre sea un ser comunicativo por naturaleza.
La comunicación humana ha tenido, a través de los siglos, mucha importancia ya que es la única manera que existe para unir a los hombres, ayudar e influir en las acciones y pensamientos de los demás seres humanos aunque a veces tiende a ser irracional, carente de comunicación por encerrarse en sí mismo, por no ser capaz de utilizar para bien una de las características que lo hacen único: el lenguaje, lo que facilita la comunicación. Esto trae consigo que una de las problemáticas más grave en la actualidad sea la falta de comunicación.
La comunicación organizativa o corporativa ha seguido un esquema muy sencillo que viene ya desde los años cincuenta con la ‘’ecuación de la comunicación’’ de Harold Laswell:
 
 
 
 
Si trasladamos esta ecuación a las organizaciones podríamos definirla como un conjunto de todas las actividades planificadas, es decir, que responden a un plan con el fin de establecer y mantener relaciones de confianza (punto central de la comunicación).
La comunicación verbal es importante. Sin embargo, es de considerar la importancia de la comunicación no verbal, es decir, aquella que se basa en gestos, tono de voz o forma de decir las cosas y cómo indirectamente afecta sobre la reacción del receptor, con el objetivo de ser conscientes de que la congruencia entre lo que se dice con palabras y lo que se comunica  con la corporalidad definen las emociones que se generan en los demás. Me refiero a la actitud.  Actitud como manera  de ser,  como conjunto de creencias y de sentimientos que predisponen a comportase de una determinada manera frente a un determinado objeto o situación, tal y como lo utiliza la psicología social actualmente,  puede facilitar mucho el camino de la comunicación.
Con buena actitud y buena comunicación se conseguirá un entorno de mayor confianza, tres pilares que considero básicos para generar un buen clima laboral, importantísimo para el buen funcionamiento de cualquier organización.
Por tanto, la actitud depende  de uno mismo: "Siempre hay un juego interior que  está jugando en tu mente, independientemente del juego exterior que estás jugando. De cómo te comportes en este juego interior, dependerá el éxito o el fracaso de tu juego exterior". Tim Gallwey.

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