Hay una capacidad que abre la puerta a todas las demás, que nos permite encontrar nuevas oportunidades y superar obstáculos, me refiero a la capacidad de aprender.
La actitud de querer aprender e innovar a lo largo de la vida, para nuestro desarrollo personal o profesional, es fundamental para crecer, adaptarnos y enriquecernos en un entorno que cambia continuamente.
La inquietud por saber o aprender algo nuevo, nos permite transformarnos, abrir nuestras mentes a nuevas situaciones, experiencias, proyectos, empleos… y descubrir nuestros talentos. Todo ello supone un reto, pero tenemos que estar dispuestos a esforzarnos, superarnos e intentar ser mejores a nosotros mismos. De lo contrario, permaneceremos en esa zona del conformismo, de lo fácil, de lo cómodo y de resistencia a todo lo nuevo, que no nos dejará avanzar y superarnos.
Dicen que todo es difícil hasta que empieza a ser fácil y que nunca es demasiado tarde para aprender. Lo más importante es encontrar esa motivación a la curiosidad, el deseo constante de la superación, e incluso aprender, aunque cueste, de nuestros errores y desaprender aquello que nos limita.
Una frase que atribuyen a Alvin Toffler, destacado escritor norteamericano, dice: “Los analfabetos del siglo XXI, no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”.
Aprender, no se limita a adquirir nuevos conocimientos, sino también a captar nuestras actitudes, conocernos a nosotros mismos, cuestionar nuestra forma de pensar o de actuar, entender el mundo y a los demás. En definitiva, saber aprender de la vida para aprovecharla.
Así que haz realidad el refrán de “nunca te acostarás sin saber una cosa más”, ya sea una experiencia, persona, un cambio o una idea.
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