Hoy voy a ser visionario. Es una de
mis grandes virtudes. Bien es cierto, que en ocasiones mis visiones sobre que
pasará en un futuro más o menos cercano, no se han cumplido, pero eso no
importa, ¿quién no se equivoca alguna vez, quién no ha realizado alguna apuesta
tonta, y aún estando seguro que iba a ganar, se le ha quedado esa expresión de
idiota congelada en la cara al ver que su predicción no se ha cumplido?
Aun así, bien puedo decir que tengo
un aceptable porcentaje de importantes visiones cumplidas, un ejemplo: un día, con apenas 18 añines, conocí a una muchacha y tuve la certeza que me
casaría con ella, hoy 25 años después, compartimos dos hijos. Y las fallidas, desde
pequeño tuve vocación de fantasma, no sé si he conseguido serlo, pero seguro
que no en el formato que yo me imaginaba, que era con sábana blanca y
atravesando las paredes para asustar a la parroquia,…,en fin, soy de los que
creen que tendríamos que hacer más hincapié en esta sociedad nuestra sobre que,
no pasa nada por fracasar, equivocarte o
arruinarte de vez en cuando, si luego eres capaz de levantarte, aprender, y
seguir luchando. Pero este es otro tema, quizás para tratar en otra ocasión.
Como decía al principio, hoy quiero
compartir con vosotros una visión sencilla:
Las reglas del juego han cambiado,
y no parece que haya mucha gente que se haya percatado y que de verdad lo haya
interiorizado. Ni políticos, empresarios, ni trabajadores.
Una obviedad: vivimos en sociedad.
Esto es, un sistema más o menos complejo formado por distintos elementos que
interrelacionan entre sí.
Y la naturaleza de esas relaciones
ha cambiado. Algunos ejemplos:
El sistema se ha vuelto más
complejo: Globalización ya es una realidad y no solo un concepto. Se han
incorporado y de manera muy activa
nuevos jugadores (China, Brasil, India) y el equilibrio de poderes se ha
modificado.
La dependencia unos de otros se ha
hecho más evidente. En una economía de mercado, sino hay consumidores, no hay
productores, sino se produce el consumo de energía y materias primas se ve
alterado y no son tan necesarios los inversores, etc…
Las desigualdades más acusadas. Ricos
y pobres. Menos clase media y esto supone menos consumidores.
La información se transmite más
rápidamente, y también es más fácil de manipular. Los gustos y costumbres de
los consumidores también están cambiando. Con Internet estamos a un clic de
comprar un Smartphone, o de contratar a un comercial en la otra punta del
mundo.
Pero centrémonos en España:
Varios años de crisis, dos
recesiones seguidas, pérdidas de empleos de manera masiva, emigración de
jóvenes, destrucción de empresas y negocios que difícilmente resurgirán,
sectores económicos agotados y otros incapaces de ocupar el lugar vacío,
población envejecida, sistema de protección social que se encoje, y un largo
etc., que cada uno de vosotros puede seguir completando.
Es decir, a mi me parece que
efectivamente esto significa que las cosas YA
son distintas, y me da la impresión de que seguimos actuando igual, no hemos
cambiado nuestros comportamientos, ni nuestras expectativas. Seguimos esperando
una recuperación de los mercados o que nos surja un empleo al lado de casa,
como si fueran ya actos de pura fe, porque en realidad no hay hechos que
corroboren que esto vaya a pasar. No nos estamos adaptando. Hay empresas que
siguen ancladas en el Taylorismo, otras hablan de desarrollo, talento,
compromiso, pero mantienen un comportamiento que transmite que la base de la
relación sea la desconfianza. Y
debiéramos preguntarnos, ¿cómo se consigue que las personas den su 110 por
ciento?
Y ahora, mi visión:
Las Relaciones Laborales van a
cambiar, porque están cambiando el resto de relaciones (sociales, comerciales, etc.).
Las empresas que tendrán más éxito serán aquellas que consigan vincular a las
personas con sus estrategias, y esto significará hacer partícipes de alguna
manera, a esas personas, de la propiedad, o al menos de los beneficios que se
generen, y que se haga de una manera justa y equilibrada.
Cuando algo es tuyo, lo que luchas,
lo que sueñas por las noches, es como dar con las soluciones a los problemas,
como conseguir esos objetivos de crecimiento. ¿No es esto compromiso?
Mi sentido común y mi experiencia
me dice una y otra vez que los proyectos mueren una y otra vez porque no se
implementan correctamente. No solo son necesarios recursos económicos o
materiales, sino personas con talento y ganas que los lleven a cabo. Y las
personas que tienen ambas cualidades, (cualquiera puede demostrarlas cuando
lucha por lo suyo), tienden a actuar si ven que su esfuerzo se recompensa, si
el trabajo es parte de su vida y no solo ocho horas donde pasar el tiempo, y
que vaya cayendo la nómina. Y las nuevas generaciones buscan que dicha
recompensa sea cada vez más inmediata, que los proyectos sean ya. El largo
plazo no es ya para tiempos en los que las cosas pueden cambiar de la noche a
la mañana.
Conclusión:
Las empresas tendremos en breve que
luchar encarnizadamente por las personas con ganas, compromiso, experiencia,
talento y formación, que nos garanticen
que nuestros proyectos empresariales salgan para adelante, y esto será así
porque:
- La competencia ahora es mundial.
- Tenemos una población que envejece.
- Los jóvenes buscan empleo en otros países. Y a diferencia de los tiempos de Paco Martínez Soria y su maleta de cartón, se van los más válidos y preparados.
- Las leyes de apoyo a los emprendedores harán que muchos se planteen esa posibilidad, por virtud o por necesidad, (y sin duda serán las personas de más iniciativa).
- La legislación en materia de pensiones parece que apunta hacia una des-incentivación de las largas carreras profesionales por cuenta ajena. Y el paso de trabajo dependiente a autónomo será mucho más natural y habitual.
Las empresas y los departamentos de
personas debiéramos entender esto y movernos ya. El mercado laboral es como en
todos los mercados, el primero que se posiciona, tiene ya de entrada una
ventaja competitiva sobre el resto.