Mi padre (por cierto Félix, se llama José, por si no habías oído ese nombre nunca) ha tenido empresa hasta que se quiso jubilar antes de tiempo, ahora se dedica a la jardinería, los pájaros... en el campo, en un terreno, cerca de Tudela de Duero. No se dedica a nada que tenga que ver con las personas, terminó harto de nosotros (las personas), pues no pudo ver el potencial que había en ellas, espero que no me pase a mi.
Este verano me levanté temprano y después de venir de echar una “carrerita", él estaba en el huerto y todo el mundo estaba dormido, me acerqué para ver lo que estaba haciendo. Estaba quitando hierbas y pequeñas plantas que habían nacido alrededor de una bonito jacinto. La planta estaba sola en un gran espacio que sólo a ella correspondía. Habían caído semillas de otras plantas y a su alrededor aparecían nuevos brotes. Le pregunté la razón para quitarlas, pues algunas eran realmente hermosas, su respuesta fue que las otras plantas dificultaban el crecimiento y el desarrollo en las mejores condiciones, pues la quitaban alimento y sobre todo la afeaban. El jacinto estaba realmente precioso.
Cerca de esta planta hay un muro con un montón de plantas donde se colocan un sinfín de herbáceas. Le pregunté que si en esa parte no quitaba las malas hierbas (en botánica no existen las malas hierbas), ya que algunas eran las mismas que en el otro lado pues habían caído semillas allí mismo. Su respuesta fue que ese espacio era un sitio en el que él había echado semillas de muchas variedades, incluso algunas raras o que no sabía exactamente que eran, y las había dejado crecer de una forma más anárquica y desordenada (bueno realmente dijo “como se las pusieran en los cojones”, pero esto no lo puedo poner).
El otro día en una reunión del comité del foro (al que asisto con mucho agrado y del que recibo mucho más de lo que aporto) se habló de la importancia de los mandos medios y de la necesidad de crear una escuela para ese tipo de función, posiblemente una de las fuerzas más importantes en una empresa, sobre todo si se les deja crecer. Si el jefe de una empresa corta la hierba a su alrededor para ser la más bonita y ser ella la de mayor producción, consigue eso; ser la más bonita, tener que ser la de mayor producción y no tener nadie alrededor (y los que estén solo lo estarán para seguir embelleciendo la planta principal). Esta opción es válida tanto en el jardín como en la empresa, claro está, y la estrategia es igual de válida. Yo, personalmente, animo a que se deje crecer la hierba alrededor “como se les ponga en los cojones”.
Este verano me levanté temprano y después de venir de echar una “carrerita", él estaba en el huerto y todo el mundo estaba dormido, me acerqué para ver lo que estaba haciendo. Estaba quitando hierbas y pequeñas plantas que habían nacido alrededor de una bonito jacinto. La planta estaba sola en un gran espacio que sólo a ella correspondía. Habían caído semillas de otras plantas y a su alrededor aparecían nuevos brotes. Le pregunté la razón para quitarlas, pues algunas eran realmente hermosas, su respuesta fue que las otras plantas dificultaban el crecimiento y el desarrollo en las mejores condiciones, pues la quitaban alimento y sobre todo la afeaban. El jacinto estaba realmente precioso.
Cerca de esta planta hay un muro con un montón de plantas donde se colocan un sinfín de herbáceas. Le pregunté que si en esa parte no quitaba las malas hierbas (en botánica no existen las malas hierbas), ya que algunas eran las mismas que en el otro lado pues habían caído semillas allí mismo. Su respuesta fue que ese espacio era un sitio en el que él había echado semillas de muchas variedades, incluso algunas raras o que no sabía exactamente que eran, y las había dejado crecer de una forma más anárquica y desordenada (bueno realmente dijo “como se las pusieran en los cojones”, pero esto no lo puedo poner).
El otro día en una reunión del comité del foro (al que asisto con mucho agrado y del que recibo mucho más de lo que aporto) se habló de la importancia de los mandos medios y de la necesidad de crear una escuela para ese tipo de función, posiblemente una de las fuerzas más importantes en una empresa, sobre todo si se les deja crecer. Si el jefe de una empresa corta la hierba a su alrededor para ser la más bonita y ser ella la de mayor producción, consigue eso; ser la más bonita, tener que ser la de mayor producción y no tener nadie alrededor (y los que estén solo lo estarán para seguir embelleciendo la planta principal). Esta opción es válida tanto en el jardín como en la empresa, claro está, y la estrategia es igual de válida. Yo, personalmente, animo a que se deje crecer la hierba alrededor “como se les ponga en los cojones”.
Yo creo que las que personas que son "Jacintos" realmente hermosos, esos con un talento máximo, lo que quieren realmente es rodearse de otras flores también muy bellas porque no temen que esas otras flores les hagan "sombra" ni que les coarten su crecimiento o les quiten el agua o el alimento, sino que creen firmemente que crecerán aún más así y su belleza será multiplicada por sus compañía.
ResponderEliminarDespués están los "jacintos" que pueden aparentar ser hermosísimos pero que para destacar necesitan estar solos o rodeados de hierbajos y ahí, en ese aislamiento o entre esos hierbajos, buscan su lugar para poder realmente sobresalir. Para mí estos nos son tan bellos.
A mí particularmente me gustan más los primeros.
Y por otra parte y siguiendo hablando de plantas, a las enredaderas hay que ponerles una guía para que crezcan realmente esbeltas, para que escalen su pared, y no dejarlas que crezcan "como se les ponga en los cojones" pues se expanden, sí, pero no crecen.
Me ha gustado la historia de los jacintos, José. Es bonito el ver cómo puede ser satisfactorio el cultivo de jacintos... tanto en solitario sin dejar que otras plantas lo agobien ni le disputen el alimento como, por el contrario, verlo crecer al lado de otras plantas y flores, disputándose el alimento entre ellas pero dándonos una visión multicolor del conjunto.
ResponderEliminarAmbas formas pueden colmar de felicidad al jardinero al admirarlas. De las dos puede estar igual de satisfecho. Las dos pueden provocarle la misma sensación de placer por sus diferentes bellezas...
La razón está en el objetivo buscado por quien dirige el proceso, el jardinero. Lo importante es tener claro qué es lo que se quiere alcanzar. La satisfacción vendrá por el resultado final alcanzado así como por las diferentes fases y acciones que han sido necesarias para alcanzar la meta propuesta.
Las empresas se caracterizan por seguir una determinada estrategia, la cual puede ir cambiando de no ser eficaz o afianzándose si dio resultados óptimos. Pienso que aplicar cualquier estrategia para lograr objetivos es válido. No creo que existan errores al elegirla, sólo existen resultados de la aplicación de dicha estrategia, “si me ha ido bien no cambio”, es la razón para no probar nada nuevo.
ResponderEliminarMe gusta el símil de la enredadera y hay una parte importante de razón, al menos los objetivos y el grado de confianza de la relación debe estar dirigida. Con mi reflexión pretendo poner en cuestión un paradigma basado en la competitividad y el de crear uno nuevo, un poco caótico, en el que todo el mundo tenga plena libertad para aportar lo mejor de si mismo.
La segunda ley de la termodinámica dice que todo tiende a la degradación y al caos. Sugiero buscar la genialidad en la delgada línea del caos y el orden, de todas formas yo confío, finalmente, en el orden espontaneo . Cuando nos salimos de la guía, estamos jugándonosla, es fácil que nos equivoquemos, pero por la guía tampoco encontraremos la genialidad o el verdadero talento.
Me gusta las metáforas que has utilizado en tu presentación que han invitado a los demás a sugerir nuevas metáforas. El aprendizaje y el cambio también se hacen basándose en metáforas. Nosotros los latinos cierta facilidad para generar metáforas en nuestros procesos educativos.
ResponderEliminarRespecto del caos y el orden decir que es verdad que en el caos se encuentra implícito el orden. Pero dejarlo totalmente a su evolución tiene el problema de los resultados experados y expectativas que generamos a través de nuestras interacciones. Por otra parte la naturaleza humana es la única que puede generar entropía negativa partiendo de dichas interacciones (sinergia). Organizaciones a punto de morir pueden revitalizarse gracias a la intervención del factor humano.
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ResponderEliminarUna opción puede ser que los objetivos o las metas no sean completamente cerrados y cambien a medida que evolucione el sistema, siempre y cuando sean aceptadas por todos, especialmente por la dirección. En un sistema en evolución y empujado desde cualquier punto de la organización; cumplir las espectativas de todas las partes es tarea complicada al igual que cumplirlas en un sistema totalmente organizado, orientado y claro. Manejar personas, esperanzas, motivaciones, es lo que tiene.
ResponderEliminarTiene que existir un plan, una dirección, pero sin descuidar un ambiente creativo ( no sólo me refiero a empresas en las que la creatividad sea su trabajo, me refiero a ser creativo en cualquier solución a problemas). Crear entropia negativa , tiene su dificultad y sobre todo su magia. Muchas situaciones en la historia nos han demostrado que es posible. Si una organización es capaz de revitalizarse cuando estaba a punto de morir gracias a la sinergia, ¿cuál sería su potencial si lo aprovechamos cuando esta viva o en su esplendor?.
Extrapolando una de las condiciones psicológicas de Fromm para el desarrollo de la actitud creadora en las personas a las empresas “capacidad de aceptar la tensión de la polaridad” ( en nuestro caso la anarquía de la organización y la consecución de objetivos) y siendo consciente de que la “potencia sin control no sirve de nada” ( como en el anuncio ). En una empresa debe existir al menos y aunque sea de forma implícita unos objetivos por cumplir y unas expectativas personales y de empresa, como dice J. Herrador: “ no se puede dejar totalmente a su evolución”. Supongo que una competencia de liderazgo que no había valorado nunca es la de ser homeostatico para mantener equilibrios.