Supongo que claramente influenciado por el doble ámbito de mi actuación profesional (empresas y deporte) tiendo a encontrar paralelismos (y muchas transferencias a hacer) entre el deporte de competición y el día a día del mundo laboral (donde el rendimiento ha de ser continuo).
Y supongo que influenciado por la alegría futbolera que ayer nos llevamos todos es que hoy, el día que el calendario señala mi compromiso con este blog, me apetece, a vuelapluma, señalar muy por encima cuatro puntos de la actuación de España en el Mundial que creo que podíamos poner como modelo en las empresas (creo firmemente en el modelado como técnica para instaurar conductas o valores) y hacer una transferencia positiva para las mismas:
1- Algo muy obvio pero que no por ello hay que dejar de señalar o de recordar continuamente. El poder del colectivo, del equipo, por encima de las individualidades.
Yo creo firmemente en el talento de las personas y creo que si tienes un equipo de personas talentosas (como tiene España) es más posible que las cosas vayan bien que si no. Pero el caso es que las mejores individualidades del Mundo, en este mundial, no han podido con los colectivos. Porque casi nunca pueden (por dar un dato, nunca una selección dónde jugara el Balón de Oro vigente ha ganado un Mundial).
Y es que un equipo de “especialistas” perfectamente coordinados y liderados es capaz de alcanzar el más alto de los rendimientos.
2- La asunción de roles y tareas, en algunos caso poco gratos, para el bien del colectivo (anteponer objetivos grupales a objetivos individuales).
Una estrella mundial, como es Torres, asume su suplencia en, posiblemente, el partido más importante de su carrera, con la mejor de las actitudes por el bien del equipo.
Porteros titulares de algunos de los mejores equipos del mundo, asumen que no van a jugar y que su papel es animar, entrenar al 100% o incluso aconsejar al titular (como hizo Reina frente a Paraguay).
Un jugador como Llorente juega unos minutos trascendentales en un partido vital, lo hace de fábula, no vuelve a jugar ni un minuto más y se le ve con la mejor de las actitudes en el banquillo y en sus declaraciones.
Y así sucesivamente.
3- El sentido común y la humildad de quien les dirige.
Una persona que entra a dirigir un colectivo triunfador (nada más terminar la Eurocopa) y que en lugar de imponer sus gustos o ideas (para lo que se supone que le contratan) y entrar como un elefante en una cacharrería, se amolda o ajusta a lo que, hasta ese momento, ha dado éxito para, poco a poco, introducir detalles de mejora propios al colectivo.
¿Cuántas personas cuándo entran a dirigir cambian hasta lo que está bien para "imponer su sello"?
4- Y por último, la importancia que en el alto rendimiento, en el ámbito que sea, tienen los pequeños detalles.
Un partido como el de ayer, dominado y bien jugado, se gana finalmente por una acción a balón parado, por un detalle.
¡En cuántos proyectos la diferencia entre su éxito o su fracaso estriba en los pequeños detalles!
Y aunque podría encontrar 10 paralelismos más o 10 transferencias más que pudiéramos llevar de este equipo para intentar lograr un equipo “ideal” en una empresa, simplemente quiero quedarme (para no ser demasiado extenso) con estos cuatro que yo considero vitales.
Y supongo que influenciado por la alegría futbolera que ayer nos llevamos todos es que hoy, el día que el calendario señala mi compromiso con este blog, me apetece, a vuelapluma, señalar muy por encima cuatro puntos de la actuación de España en el Mundial que creo que podíamos poner como modelo en las empresas (creo firmemente en el modelado como técnica para instaurar conductas o valores) y hacer una transferencia positiva para las mismas:
1- Algo muy obvio pero que no por ello hay que dejar de señalar o de recordar continuamente. El poder del colectivo, del equipo, por encima de las individualidades.
Yo creo firmemente en el talento de las personas y creo que si tienes un equipo de personas talentosas (como tiene España) es más posible que las cosas vayan bien que si no. Pero el caso es que las mejores individualidades del Mundo, en este mundial, no han podido con los colectivos. Porque casi nunca pueden (por dar un dato, nunca una selección dónde jugara el Balón de Oro vigente ha ganado un Mundial).
Y es que un equipo de “especialistas” perfectamente coordinados y liderados es capaz de alcanzar el más alto de los rendimientos.
2- La asunción de roles y tareas, en algunos caso poco gratos, para el bien del colectivo (anteponer objetivos grupales a objetivos individuales).
Una estrella mundial, como es Torres, asume su suplencia en, posiblemente, el partido más importante de su carrera, con la mejor de las actitudes por el bien del equipo.
Porteros titulares de algunos de los mejores equipos del mundo, asumen que no van a jugar y que su papel es animar, entrenar al 100% o incluso aconsejar al titular (como hizo Reina frente a Paraguay).
Un jugador como Llorente juega unos minutos trascendentales en un partido vital, lo hace de fábula, no vuelve a jugar ni un minuto más y se le ve con la mejor de las actitudes en el banquillo y en sus declaraciones.
Y así sucesivamente.
3- El sentido común y la humildad de quien les dirige.
Una persona que entra a dirigir un colectivo triunfador (nada más terminar la Eurocopa) y que en lugar de imponer sus gustos o ideas (para lo que se supone que le contratan) y entrar como un elefante en una cacharrería, se amolda o ajusta a lo que, hasta ese momento, ha dado éxito para, poco a poco, introducir detalles de mejora propios al colectivo.
¿Cuántas personas cuándo entran a dirigir cambian hasta lo que está bien para "imponer su sello"?
4- Y por último, la importancia que en el alto rendimiento, en el ámbito que sea, tienen los pequeños detalles.
Un partido como el de ayer, dominado y bien jugado, se gana finalmente por una acción a balón parado, por un detalle.
¡En cuántos proyectos la diferencia entre su éxito o su fracaso estriba en los pequeños detalles!
Y aunque podría encontrar 10 paralelismos más o 10 transferencias más que pudiéramos llevar de este equipo para intentar lograr un equipo “ideal” en una empresa, simplemente quiero quedarme (para no ser demasiado extenso) con estos cuatro que yo considero vitales.
Me parecen muy iluminadoras las ideas que Félix entresaca del equipo nacional español. Es evidente su aplicación a la vida de las empresas y organizaciones. No en valde han aparecido consultoras construidas al abrigo de las experiencias de deportistas de élite. Éstas están transmitiendo los aprendizajes de equipo de manera ejemplar y eficaz. Yo voy a tomar esas ideas para incorporarlas a mis cursos sobre liderazgo y desarrollo de equipos. Muchas gracias.
ResponderEliminarAl tener tan interiorizado el objetivo común la asunción de sacrificios se realiza de forma natural y no forzada- la única real-.
ResponderEliminarDe todas formas lo que hace exitoso tanto a una organización como a las personas ( como todos sabemos) es: Saber, querer y poder... y un poquito de magia y un poquito de suerte.
Gracias Felix por tu compromiso.
José Luis Mozo
A mí me gustaría también buscar el paralelismo entre una empresa y la aficción de "La Roja". ¿Qué es lo que consigue que millones de personas, sin importar el sexo, la edad, las creencias religiosas o políticas, e incluso su procedencia, vayan todos a una por un objetivo? ¿Qué es lo que consigue que todas ellas sientan el orgullo de pertenecer a ese colectivo? ¿No sería genial una empresa en la que todos se sintieran orgullosos y sinteran ilusión por conseguir un mismo fin? ¿Qué herramientas podemos tener a nuestro alcance para conseguir algo al menos parecido?
ResponderEliminarFélix, genial.
Desde otro punto de vista, quiero destacar que los protagonistas de esta azaña son jóvenes, muy jóvenes, a los que se les acusa, en general, de no tener valores. Aquí tenemos un ejemplo para los mayores. Todos estamos aprendiendo de ellos y de su entrenador. El trabajo en equipo no puede funcionar con un jefe con alto poder personal. El poder social es lo que hace ilusionar y compartir. Entregarse y luchar por un objetivo común.
ResponderEliminarSería interesante que, esto que ha comenzado Félix, se fuera completando para tener un modelo a seguir, como sugiere Sandra. Sería un caso a estudiar, como el del Barsa, que ya lo es.