Las plantillas de las organizaciones son cada vez más heterogéneas, una de las causas es la edad, ya que, por primera vez en las empresas, conviven hasta cuatro generaciones de trabajadores/as: Baby Boomers, Generación X, Generación Y (Millenials) y Generación Z.
Cada generación ha vivido en un contexto social, político, tecnológico y de mercado completamente diferente, lo que hace que, en líneas generales, sus valores, su concepción del trabajo, habilidades, inquietudes y motivaciones sean dispares entre ellos:
• Baby Boomers: Nacidos entre el 1956 y 1970, son los más veteranos y su jubilación es próxima, valoran el trabajo, las normas, la constancia y la honestidad. Están comprometidos con su empresa, pero tienen mucho miedo ante los cambios que suceden y la rapidez de estos. Buscan estabilidad. Sus mayores prioridades son la familia (conciliación), salarios e incentivos económicos y retos personales.
• Generación X: Bebes de la transición española, nacidos entre 1971 y 1981, primera generación más formada, con carrera universitaria e idiomas. Puente de referencia entre las generaciones más jóvenes y los Baby Boomers, suelen ser mandos sometidos a presión. Interesados por la conciliación familiar y el crecimiento profesional.
• Generación Y (Millenials): Nacidos entre el 1982 y 1996, su incorporación al mercado laboral fue en plena crisis y son los que más cambios tecnológicos han experimentado. Sus mayores preocupaciones son su desarrollo personal y la necesidad de trabajar en proyectos que les motive, por ello valoran más las oportunidades de desarrollo que el salario.
• Generación Z: nacidos entre 1996 y 2010, los últimos en incorporarse en el mercado laboral, han convivido con la crisis y gestionan mejor sus expectativas. Sus fortalezas son su iniciativa, su conciencia social y su realismo (siendo reflexivos y críticos). No se sienten vinculados a las empresas, por lo que es la generación más volátil. Lo que más buscan es un crecimiento profesional y divertirse en la empresa.
Esta nueva realidad, esta diversidad del talento, debe ser el foco en los departamentos de los recursos humanos, no solamente para retener y atraer talento, también para fomentar el trabajo en equipo y el entendimiento entre generaciones, algo necesario para los entornos cada vez más colaborativos de las empresas.
Por ello, la clave del éxito es tener una estrategia enfocada a la diversidad generacional de las plantillas, centrándose sus valores, motivaciones y, sobre todo, en cómo les gusta que les traten.
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