jueves, 1 de marzo de 2018

Mindfulness, por Laura Rodríguez

¿Qué es el mindfulness? El término no tiene una clara traducción al español, podemos decir que se refiere a un “estado de atención y consciencia plena, como presencia atenta a lo que acontece en el momento presente”.
 
Para Jon Kabat-Zinn, creador del método de reducción del estrés basado en el mindfulness, “es la conciencia que emerge a través de prestar atención a propósito, en el momento presente, y sin juzgar, para vivir el desarrollo de la experiencia momento a momento”.
 
Hay autores que indican que hay dos componentes básicos en el mindfulness: el primero está relacionado con la “regulación de la atención”, y el segundo, “con la capacidad de aproximarse a las experiencias con una orientación de curiosidad, apertura y aceptación, independientemente de que sean atractivas o no, y de su valor o conveniencia”.

El mindfulness nos permite, mediante la práctica de la atención, desarrollar algunas capacidades cognitivas – atención y concentración- , mejorar la gestión del estrés y lograr una mayor regulación emocional. Esa atención plena o presencia atenta en el aquí y ahora está integrada por varios elementos:
 
1. Observación no valorativa: se trata de percibir y experimentar los hechos que suceden y las situaciones que se presentan, abandonando todo prejuicio sobre una situación, persona u objeto en concreto, y no dejando que las emociones interfieran en el momento actual. Implica una observación abierta e ingenua, desapegada de emociones, pensamientos o juicios.
 
2. Atención renovada o consciente: cada momento presente es nuevo, no hay dos momentos iguales por definición y, por tanto, cada instante es único en sí mismo y reclama atención.
 
3. Anclaje en el momento presente: sólo existe el presente. Fijarse en el pasado impide vivir el momento presente, puesto que la mente tenderá de manera automática a asociar, a etiquetar situaciones, personas o cosas, limitando nuestra capacidad de experimentar la realidad tal y como es.
 
4. Desapego y ecuanimidad o una sensación de control sin control: se busca que la persona no trate de reprimir sus sentimientos o emociones, sino que los experimente tal y como se producen.
 
Resumiendo, el mindfulness es un estado que consiste en prestar atención al momento presente. El mecanismo fundamental a través del cual logra sus efectos es mediante el cultivo o la práctica de la atención. Esta práctica se realiza procurando que la atención descanse o se centre sobre un único elemento u objeto, normalmente la respiración o las sensaciones del cuerpo, de este modo la atención es cada vez más estable y las distracciones ocurren de manera menos frecuente, pudiendo así centrarnos en el momento actual.
 
El mindfulness ha comenzado a tener acogida en el mundo empresarial gracias, en buena medida, a los resultados positivos que aporta en la mejora del estrés, el cual tiene un coste muy elevado en términos de rendimiento y productividad. Sin embargo, el impacto que puede tener excede la esfera individual del trabajador para influir en la organización en su conjunto. Para evaluar el impacto del mindfulness sobre la empresa es necesario entender la importancia que tiene para los directivos el cultivo de la atención, y cómo éste genera efectos a nivel individual en tres dimensiones:

  • Cognitiva: su práctica puede ayudar a desarrollar de manera significativa capacidades tan importantes como la atención, la concentración, la memoria ejecutiva y otras.
 
  • Psicosomática: numerosos estudios demuestran el efecto que tiene sobre el bienestar y la salud, especialmente en relación con la gestión y la prevención del estrés.
 
  • Emocional: es significativo el efecto que tiene sobre las emociones, que tanta importancia tienen en la gestión de las relaciones y otros aspectos del entorno laboral.



No hay comentarios:

Publicar un comentario