Cuando hablamos de RRHH en las
organizaciones, normalmente orientamos nuestro pensamiento hacia el sector
privado y el 3er. sector. En esta ocasión me gustaría poner el foco en el sector público, al que también le
afectan todos los cambios que se están produciendo en el entorno sociolaboral y
a los que debe adaptarse.
El ritmo con el que el sector
privado “ha asumido” estos cambios ha sido más rápido que en la Administración Pública (por sus procesos
legales y administrativos), pero ya que esto es así, ésta tiene una oportunidad clave para hacerlo de una forma más profunda y reflexionada, lo que repercutirá de
forma directa en sus trabajadores.
- Política y estrategia
Desde este
punto es fundamental que exista una colaboración
continuada entre el planteamiento de los políticos (qué se quiere
hacer) y las posibilidades que expongan los técnicos de la Administración (qué se puede hacer) que debería plantearse en el desarrollo de Planes Estratégicos
consensuados.
Es
necesario que se midan y valoren
objetivamente para conocer qué resultados se quieren conseguir y ajustar los
presupuestos sin los grandes desfases que ha habido hasta ahora.
- Reforma de la Administración Local.
Será
fundamental para que los trabajadores públicos empiecen a trabajar comarcalizadamente, lo que tendrá
grandes ventajas (eficiencia, especialización y transmisión del conocimiento,
evitar la multiplicidad de instalaciones y actividades deficitarias para una
sola localidad,…) en definitiva racionalizar
los esfuerzos humanos y económicos.
Además, es
el momento para que realmente se
utilicen las TIC como una herramienta efectiva (reuniones on line, archivos
compartidos a distancia, transmisión de buenas prácticas en plataformas
específicas, centrales de compra para adquirir productos y servicios TIC o
acciones del sector de la comunicación de forma conjunta,…)
- Ley de Transparencia.
Lo más
importante será la posibilidad de facilitar
la información pública al ciudadano como ya se hace en algunos casos (factura
sanitaria en la sombra). Esto implica que la relación de éste con el trabajador público será más cercana y clara. Permite por parte
del ciudadano conocer y exigir sus derechos y por parte del empleado público
exponer la información abiertamente.
Por otro
lado, se facilitaría el benchmarking entre diferentes administraciones
conociendo públicamente los datos y acciones realizadas con la posibilidad de mejorar
éstas y saber dónde hacerlo.
- Colaboración público / privada
El cambio
en el modelo económico que estamos viviendo ha provocado que exista una mayor colaboración/coexistencia entre
trabajadores del sector público, privado y 3er sector (Pensemos por ejemplo en
un evento deportivo: Seguridad privada, policía local y protección civil). Cada
sector aporta sus capacidades para llevar a cabo sus funciones y estás deberán estar cada vez más coordinadas, con procesos
estandarizados para que se realicen
correctamente.
- RSC (valores, responsabilidad)
La RSC
debería ser un punto fundamental para
los empleados públicos, siendo el mejor ejemplo para la transmisión de valores sociales positivos
y que provoquen un efecto multiplicador en la sociedad civil.
- Formación – competencias
La Formación del trabajador público debe
evolucionar en relación a las funciones
que debe o debería realizar en el futuro
por lo que sería interesante trazar una perspectiva de formación a medio plazo.
Es necesario que el empleado público
esté por delante de las necesidades
ciudadanas.
Además,
sería interesante realizar una evaluación
de compentencias mínimas con respecto a los procesos o tareas que se van a
solicitar en su desempeño futuro para poder solventarlas cuanto antes.
El objetivo fundamental es que el
empleado público se adapte a las necesidades sociales y que exista una
estructura que le facilite y le ayude a conseguirlo, junto con su responsabilidad individual para querer
hacerlo.
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